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sábado, 7 de marzo de 2009

Un discurso valiente y olvidado

El pasado 7 de mayo de 2008, el fotógrafo y periodista Gervasio Sánchez subió a recoger uno de tantos premios, el Ortega y Gasset que otorga el diario El País, ante la asistencia de un concurrido público, entre ellos estaban el presidente del Senado, la vicepresidenta del gobierno y varios ministros, además de todos los demás medios de prensa. El discurso de Gervasio Sánchez, olvidado de toda la prensa (tal vez no gustó demasiado), merece ser conocido.

La foto premiada. Sofia Elface Fumo, con su hija Alia


Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio “Ortega y Gasset” de Fotografía, convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.
No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto “Vidas Minadas”, al que pertenece la fotografía premiada, tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.
Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.
Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película “Cuentos de la luna pálida” de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de las minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles, desde el inicio de la transición, encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabricamos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo, y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King, me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.
Muchas gracias.

23 cosas que me dicen:

Anónimo dijo...

realmente un buen discurso.

E-migrad@ dijo...

Gracias por traer este discurso al blog. Está bueno enterarse, recordar y/o hacerse cargo de esos llamados de atención que muchos intentan hacer escuchar y que - lamentablemente - pocas veces pueden salir a la luz con tal fuerza y claridad.

Buen finde

E-migrad@

SOMMER dijo...

Me imagino que los aplausos fueron atronadores. Porque otra cosa hubiese sido una desfachatez.

A eso le llamo yo poner los puntos sobre las ies.
Desconocía el discurso, imagino como bien dices, que porque molestaba que se hiciese público.

Abrazos amigo.

princesa Tanizaki dijo...

Yo he difundido ese discurso todo lo que he podido enviando un powerpoint a todos mis amigos y conocidos.

Me alegra tener una coincidencia contigo.

Ana Malpica dijo...

Excelente discurso!!!

Aurora Llavona dijo...

Gracias por poner aqui el discurso.
Ojalá dejemos de fabricar y vender armas pronto.

Un cura dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Raziel, ojalá hubiese más discursos así. Gracias por pasar.

E-migrad@, es un placer poder dar a conocer estas palabras. A cuantos más, mejor. Gracias.

Sommer, es curioso, sí. Cuántas veces la verdad es molesta. Gracias por tu comentario.

También a ti, princesa Tanizaki, me que coincidamos. Gracias.

Me alegro de que te haya gustado una Halliwell. Gracias.

Eos, como decía aquella canción... ¿verdad que sería estupendo? Gracias por pasar y comentar.

A todos, gracias.

Anónimo dijo...

grandísimo discurso! simplemente genial!

JoPo dijo...

cierto, tremendo discurso

gracias por la visita!!!

JoPo dijo...

h estado echando un vistazo a tu blog.

la parte del conflicto palestino-israeli es muy acertada, en mi opinion. coincido contigo y si...tambien soy algo friky jejeje.

me sorprende, gratamente, un blog como el tuyo, siendo cura. no puedo evitar compararlo con otro. se trata del blog de otro cura, pero muy diferente al tuyo.
con el he tenido muchas discrepancias. Importantes diferencias, aun asi hemos llegado a un pekeño "concordato".

lo dicho muy sorprendido. saludos!!!

Daniel Gil Jiménez dijo...

Buen discurso si señor, y muy bien dicho, los aplausos en aquella sala, debian de ser atronadores.

Saludos

Psdt: gracias por pasarte en mi blog y que te haya gustado.

David Samayoa dijo...

Bueno... un pequeño recordatorio para honrar a martires como Chico Mendez que defendio con todo lo que pudo el Amazonas, o Monseñor Gerardi Conedera, que fue asesinado tratando de revelar la verdad de la guerra interna de nuestro pais.

Y que hemos aprendido de todos ellos?

K dijo...

Estremecedor:

Creo que los puntos de vista cambian y todo toca mucho más de cerca, cuando frente al terror ocasionado por estos (siempre inutiles) conflictos, debes apretar el botón de una camara fotográfica, un gran discurso de una gran persona......

Un saludo amigo!

Arts and Crafts dijo...

Gracias por ponerlo, esto son las cosas de las que no se entera uno facilmente, son incómodas hasta para los medios de comunicación.

Lo que yo daría por poder hacer un discurso así en una situación semejante...

(No me lo tomo a la tremenda, es que toy malita pater, y las vacaciones son figuradas, aunque mi trabajo penda de un hilo...)

Anónimo dijo...

Guau, ante todo agradecerte que hayas colgado este fantástico discurso, y sin embargo no lo había escuchado ni leido en otro sitio,
Y tambien agradecer que hayas visitado mi blog.

Anónimo dijo...

Lo primero de todo darte las gracias por tu comentario en mi bitácora (me encanta esa palabreja)
Lo segundo decirte que bueno he estado leyendo tu blog(no me sale en la 1 página todo lo que has escrito pero bueno mire en el rss y si pude leer tus textos) y sinceramente decirte que me ha encantado leer tus pensamientos, opiniones y sobre todo me encanta que pongas las fuentes y no omitas a placer (que lo hacen muchos para que las "cosas" sean favorables), eso sí discreparía mucho en ciertas opiniones pero bueno soy libre y me encanta ver otros puntos de vista aunque no los comparta y siempre que estén expresados de manera respetuosa como es tu caso.
Lo tercero decir como español que habita en latinoamerica que las guerras, miserias y demás lacras sociales difícilmente imaginables en el mal llamado primer mundo son muy fáciles de teorizar, es muy simple decir "ayudalos, danos tu dinero" y bueno es efectivo pero hay que hacer trabajo de campo, no olvidarse de que ésta gente existe tras el furor de la notica de la calamidad y recordarnos una y otra vez que no hay que darles la comida, sino ayudarles a poder producir ellos su propias fuentes de alimentos, y riqueza(que rápido nos hemos olvidado de que los que antes querían huir e iban con sus maletas de cartón por el mundo mendigando un trabajo digno éramos nosotros)
Por último añadir que yo también soy adicto a Taizé, me relaja una barbaridad sobre todo una que tienen basada en unos versos de Santa Teresa "nada te turbe".
Volveré :D

Anónimo dijo...

Por cierto, confirmo la opinión de algunos, qué raro leer ciertas opiniones de un cura, sé que es un error tacharos a todos por sólo la cúspide del Iceberg, al igual que quizás a mí me pueden juzgar por mi condición, modo de vida... he juzgado antes de tiempo pero tras leer y demás me he llevado una gratísima sorpresa.

me reitero en mi opinión "a los curas guays no los dejan!"

El lobo estepario dijo...

Maravilloso discurso que nos recuerda una vez más las carencias éticas y morales de la acomplejada y caradura clase política.

Al menos que no mientan...aunque no saben hacer otra cosa.

Gracias por difundirlo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Creo intuir la razón por la cual el discurso no tuvo resonancia; ponía en cuestión un negocio que los gobiernos de los países que producen armas, agencian por debajo del escritorio, mientras de dientes para fuera,censuran sin demasiadom énfasis. Colombia, mi país, es uno de los más sufridos con el fenómeno de las minas. Relevante que el fotógrafo en mención tenga bajo su alero, una víctima del minado colombiano. Gracias por darle una vistazo a mi Joroba del Camello. UN abrazo estrecho.

Un cura dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Tito Mati, gracias.

JoPo, me alegra de que te guste mi blog, me alegro de que tengamos coincidencias, imagino que también tendríamos importantes diferencias, todo depende de los temas que tratemos. De todos modos no hay nada tan distinto de un cura como otro cura... esa es la riqueza de la Iglesia. Bienvenido y pasa por aquí cuando quieras. Gracias y saludos.

Daniel Gil, yo también imagino los aplausos, pero me gusta imaginar más las caras de los políticos... ¿que no? Gracias, Daniel, por seguir pasando por aquí.

David Samayoa, ¡cuántos mártires en tantos lugares! la lista es casi interminable... y aún son más los desconocidos. Gracias por tu recordatorio. Yo no creo que su lucha sea inútil, sigamos luchando con nuestras armas que son bien distintas.

Kiny, llevas razón con tu enfoque... para nosotros son fotografías, pero para el autor, son personas, y el punto de vista cambia, ciertamente. Gracias y un saludo.

Eudora, para mí es una alegría poder ofreceros el discurso. Espero que muchas personas puedan leerlo. Ánimo con tus vacaciones figuradas. Gracias por pasar.

Leinad23, me alegro de que te haya gustado el discurso y gracias por visitar mi blog.

Henmex, me alegro de que te haya gustado leer mi blog. Bienvenido. Es extraño lo que me dices de la primera página. Sigue intentándolo, porque podría ser un problema puntual de Blogger. Yo lo he revisado y no hay problemas.
Con respecto a lo de mis opiniones, no sé cuáles son las que te llaman la atención. Soy más bien lo que la gente considera conservador así que... no sé cómo de repente parezco un "cura guay", jajaja (y no entiendo qué quieres decir con que "a los curas guays no los dejan". Me alegro de que te gusten no obstante.
Imagino que discrepas en opiniones, eso es bueno. A mí también me encanta ver que otras personas se expresan de manera distinta a la mía y no considero que mis opiniones tengan que ser absolutas –aunque esté firmemente convencido de ellas- (en unas pocas cosas sí soy inflexible, pero bueno...). Intento mantener el respeto siempre que sea posible.
Con respecto a lo que me dices lo entiendo perfectamente. Tengo amigos latinoamericanos y tengo amigos viviendo allí, algunos en situaciones difíciles, en la selva peruana o en las zonas problemáticas de El Salvador, por ejemplo. Ellos hacen realidad ese "trabajo de campo" que me dices, viven allí, con aquella gente y no salen nunca en las fotos cuando las calamidades... para mí son un ejemplo y un recuerdo continuo.
Me alegro de que te guste la música de Taizé. No sé si has estado, pero bueno, aunque ahora te pille un poco lejos, no dejes de cantar y rezar, que como dice el canto "quien a Dios tiene nada le falta".

El lobo estepario, qué necesarios son discursos así. Gracias a ti, por pasar y comentar.

Carlos Augusto Pereyra Martínez, llevas mucha razón, posiblemente el fotógrafo no recibirá muchos más premios, al menos en este mundo tan "desarrollado". Gracias por pasar por aquí y dejarnos tu comentario.

Gracias a todos.

kiko dijo...

EXCELENTE DISCURSO ,HABER SI CAMBIAN LAS IDEAS

Un cura dijo...

Gracias kiko por tu comentario. Espero que realmente las cosas cambien. Un saludo.

Anónimo dijo...

Increíblemente impactante la foto...

Vaya mezcla de ternura y crudeza en una misma imagen.

Si haces un barrido desde arriba no puedes evitar sonreirte ante la belleza y la ternura de la imagen, para llegar después a la parte en la que se ve las piernas de la madre y quedas impactada.

Cuando después ves la foto en su conjunto, no puedes evitar sentir tristeza, y la admiración por la fuerza y el poder de la supervivencia, del levantarse y seguir adelante...

Maravilloso el discurso del autor de la foto, que nos hace ver que en este mundo, por desgracia, estamos tan acostumbrados a ver este tipo de cosas, que nuestro impacto no dura más allá de unos minutos... y que después, muchos volvemos la vista hacia otro lado, y olvidamos la realidad que nos envuelve.