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viernes, 23 de octubre de 2009

Haciendo memoria (un excursus a propósito de Ágora)

Hace unos meses, los días 30, 31 de marzo y 1 de abril, escribí tres artículos ante algunos comentarios del blog. No pretendía hacer una serie desde luego, y sigo sin querer hacerlo, porque además lo de la apología me cansa mucho. Pero acabo de ver la película Ágora, imagino que todos habréis oido hablar de ella últimamente. Me parece una película fantástica, sinceramente, muy bien ambientada y dirigida magistralmente. Rachel Welsz está fantástica y otros actores también... sólo me da lástima el pobre San Cirilo que me han pintado y la ideología que subyace tras la peli... por eso no puedo dejar de mirar a la historia y mostrar algunos datos, sin mucha interpretación por mi parte, porque me parece necesario explicar que aunque Amenábar nos haya contado magistralmente una historia, en algunas cosas hac agua...

  • Sobre Hipatia y la Biblioteca de Alejandría
Hipatia fue una «divina filósofa» platónica, en palabras del obispo cristiano Sinesio de Cirene –única fuente coetánea que se conserva sobre ella–, a la que llama en sus cartas «madre, hermana, maestra, benefactora mía» (el obispo Sinesio, a quien en la película se ve casi renegando de la filósofa, murió dos años antes que ella y no pudo tener nada que ver con su muerte).
No fue famosa por sus dotes de astronomía y de hecho, en la historia de la ciencia y de la filosofía, no tuvo gran importancia, parece ser que era una reputada matemática.
Fue virgen hasta el final de su vida, porque, coherentemente con su filosofía de inspiración platónica, ejercía la Sofrosine, es decir el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones.
Hipatia  murió en el año 415, posiblemente cuando tenía en torno a los 61 (las mayores dudas son con respecto a su fecha de nacimiento -como suele pasar con las mujeres-).

Alejandría en esa época era una gran ciudad, en la que convivían, con muchas tensiones, judíos, helenistas y cristianos, estas facciones estaban sometidas a continuos enfrentamientos, y ciertamente fueron unos cristianos exaltados los que asesinaron a Hipatia, a la que atribuían influencia anticristiana sobre el gobernador, los motivos fueron más políticos que intelectuales o religiosos y nunca fue una horda alentada por su obispo.
La Biblioteca de Alejandría no fue destruida por los cristianos. Fue incendiada por Julio César, saqueada junto con el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en el 297.
Es verdad que en el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también del repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios.
No se puede acusar a la Iglesia de querer acabar ni con la filosofía ni con la ciencia. El paganismo siguió existiendo en Alejandría y el neoplatonismo siguió floreciendo hasta que llegaron los árabes y hasta su recuperación por el renacimiento cristiano. De hecho, el más brillante exponente de la filosofía neoplatónica  fue un coetáneo de Hipatia, el obispo Agustín de Hipona (San Agustín, vamos).

  • Sobre el obispo Cirilo y la Iglesia de Alejandría
San Cirilo de Alejandría, al que la película presenta con caracteres parecidos a un talibán fanático e intransigente (para luego dejar en letras la explicación de que a ese «energúmeno» que ustedes han visto la Iglesia católica lo hizo Santo y lo declaró doctor de la Iglesia), fue uno de los más importantes personajes de la época en la historia de la Iglesia. Por encima de todo un gran obispo y teólogo, y no un agitador de masas, ni un político.
La leyenda negra del asesinato de Hipatia, relacionado con el obispo Cirilo surge de las narraciones de enemigos de las ideas del alejandrino (Sócrates Escolástico en el siglo V, al servicio de Nestorio o el escritor pagano Damascio, y en su apología del paganismo a priincipios del siglo VI).
Cirilo fue totalmente distinto del personaje que presenta la película y se puede ver en sus escritos. Como en estas cosas hay que aducir pruebas, podemos remitirnos a las enseñanzas del mismo Cirilo, que lamentó y reprobó el crimen de Hipatia, amonestando enérgicamente, en su Homilía Pascual del año 419, a la plebe alejandrina dada a participar en turbamultas feroces y sanguinarias como la que puso desdichado fin a la vida de la filósofa.
Su gran preocupación no fue el paganismo, sino la herejía Nestoriana que se zanjó gracias a él en el Concilio de Éfeso del 431, cuya disputa en esencia consistía en la valoración de una mujer, María como simple madre de Jesús o como madre de Dios (de la respuesta a esta cuestión surge algo muy importante: la doble naturaleza divina y humana en una persona llamada Cristo).
Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a una mujer tan por encima de cualquier varón de la humanidad.
Mientras que en Grecia la mujer era considerada una cosa más de la casa, y en Roma, no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada «capiti diminutio», como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la «manus» del padre o del marido, el cristianismo consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres, maridos o del estado mismo, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Inés, Ágata o Cecilia.

Creedme que no es por ánimo de polémica. De hecho no tengo demasiadas ganas de discutir estas cosas, pero espero que a alguien le sirvan estas apreciaciones, que no son más que una mirada a los datos de la historia... sin pretender más interpretación. Sabiendo esto, disfrutad de una buena película.

5 cosas que me dicen:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por las aclaraciones.

Anónimo dijo...

Disculpe, pero no creo que un filme que presenta sin pruebas a San Cirilo (venerado por la Iglesia católica y la ortodoxa, pero también por la pobre cristiandad copta de Egipto, martirizada a diario por los islamistas e intimidada por una población mayoritaria fuertemente fanatizada que ni siquiera les permite ya criar cerdos), como un loco poseso, verdugo de mujeres y niños y urdidor del asesinato de Hipatia, no me parece que sea "una buena película". Tampoco me lo parece si, como en efecto hace, destruye de manera torpe y mendaz el buen sabor que nos deja la lectura de las extraordinarias cartas de Sinesio (publicadas en Gredos), presentándole a él también --al igual que a los demás cristianos-- como un villano cómplice de los criminales que acabaron con Hipatia.
¿Qué diríamos de una película en la que apareciera el entrañable poeta Antonio Machado (partidario del Frente Popular en la Guerra Civil, pero hombre no violento) supervisando las torturas de las checas del Madrid rojo? Por todas esas y por muchas más mentiras, y también porque encima vienen abrevadas por los 50 millones € del entramado mediático Berlusconi, "Ágora" no me parece siquiera una película decente, y pagar por verla tampoco.

Aurora Llavona dijo...

Muchas gracias por las explicaciones. Muy buen post

La Calculadora del gestor de siniestros de transporte dijo...

¿Una buena pélicula? ¿No será más bien un buen cineasta empeñado en hacer películas malas?

Una buena película es Ordet de Dreyer, o El Festin de Babette u Ostrov (La Isla), o la película japonesa Despedidas, o El sabio Sufí de Nacer Chemir, o Vivir de Akira Kurosawa, o Centauros del desierto de Ford: películas que las ves y tienes ganas de vivir y de amar a todo el mundo, no de odiar al prójimo.


Esta claro que Amenabar tiene un problema con la Iglesia y con Dios y por eso en sus películas no hay amor y por eso no son buenas, por mucha perfección técnica que tengan...

Un abrazo en Cristo y en María.

Un cura dijo...

Octavio, Eos me alegro si os sirven las explicaciones. Gracias.

Anónimo, estoy de acuerdo con la imagen de San Cirilo y la de Sinesio están pervertidas en la película. También lo está la del Cardenal Richelieu en Los Tres Mosqueteros, y el libro es un buen libro.
La película tiene buena calidad, aunque la manipulación de la historia sea enorme, pero lo cortés no quita lo valiente, pienso. Gracias por compartir y por tu opinión.

Lo mismo te digo a ti, Radiomariano, algunas de las películas que has nombrado son no buenas, sino magistrales, algunas no las conozco, pero al margen de la ideología de Amenabar, que no comparto en absoluto, la calidad artística me parece buena, no es genial, como sí lo era Los Otros, pero es más que aceptable en mi opinión. Un abrazo y gracias.