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viernes, 30 de noviembre de 2012

Casablanca (VI): De frases hechas y bien conocidas

Me parece que sobre este tema voy a hablar pronto en otro post, pero entre las reflexiones que me han surgido a partir de Casablanca (y las tres veces que la vi seguida el lunes pasado), me llaman hoy la atención dos frases que me he quedado esperando, las que creo son las dos frases más famosas de Casablanca y que nunca se pronuncian literalmente.
Y es que Rick no dice nunca ni tócala otra vez, Sam”, ni se despide de Ilsa diciendo “siempre nos quedará París”. 
Realmente son frases que tienen su origen en la película, aunque pronunciadas con otras palabras. 



Rick e Ilsa dirán simplemente "Tócala, Sam" (Será Woody Allen, en 1972, quien dirá "Tócala otra vez, Sam" en "Sueños de un seductor", en la que el protagonista recibe consejos para conquistar mujeres de parte de un imaginario Humphrey Bogart).
Y en su despedida, dirá: "Siempre tendremos París". Estas dos frases modificadas me han hecho pensar en que lo importante de nuestra vida no debe estar atado a una letra.
Ojalá en mi vida haya gestos, modos, decisiones firmes que hagan que nuestra actitud sea fácil de reconocer... aunque la frase no sea literal. Algo así es lo que le ocurrió a Casablanca. Ya me gustaría ser tan coherente. Así, tal vez las frases más famosas -aún dichas de otro modo- encajen bien en mi vida.
Al mismo tiempo, que esas frases tan llenas de significado, aparecen las frases más sencillas que hacen de una historia una historia preciosa. Las cosas más pequeñas y más sencillas van marcando nuestras vidas y también en ellas podemos jugarnos nuestra coherencia y nuestra personalidad... una canción, un recuerdo, lo firme de nuestra memoria débil y lo que se abre a la imaginación de los demás, a lo que los otros añaden a nuestro modo de pensar.
No sé quién comprenderá esta reflexión, pero me impresiona ver Casablanca en blanco y negro y comprender el recuerdo en color de Rick:
Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul”.


P.D. Volveré a hablar de esto, por si alguien no me sigue... es una intuición nueva, creo.

Casablanca (V): De porqué Rick nunca debió beber con clientes


El comienzo de la película Casablanca nos presenta a Rick como un hombre duro, resentido, metido en una coraza y en un enigma que lo convierten en un hombre libre pero duro, aunque algunos descubrirán en el fondo, a un sentimental... “porque una mujer te hirió quieres vengarte en todo el mundo, eres débil y cobarde”; le dirá Ilsa.


Por eso, Rick nunca bebe con clientes, permanece impasible ante los demás, no quiere problemas y se siente seguro sin implicarse con nadie.
Se resistirá a beber con Ugarte, a tomar nada con quienes le agasajan, ni siquiera con Yvonne, a quien manda a su casa.
Rick permanece aislado y seguro, en su coraza. Pero dentro de él puede que se esconda algo distinto. "Bajo su apariencia de hombre cínico, es usted un sentimental", le espetará Renault. Y bien lo verá Víctor Laszlo que le avisará de que ve en él: "Un hombre que intenta convencerse a sí mismo de algo que no puede creer. Está intentando escapar de sí mismo y nunca lo conseguirá".
Para romper su aislamiento reaparecerá en su vida Ilsa y se sentará a su mesa, vaya se ha establecido un precedente”, se sorprende Renault por dos veces, cuando Rick acepta la invitación de Laszlo y de Ilsa. Y todo empieza a cambiar.
Y Rick empieza a beber con clientes, se sentará en la mesa de Laszlo, se sentará en la mesa con Renault, se sentará en una mesa como uno más...
“Se está convirtiendo usted en su mejor cliente” - le dirá el entrañable Carl, discreto y animoso.

Y sentado a la mesa y bebiendo con clientes, hablará con Annina, una joven búlgara que le hablará de amor, de lo que vale el amor y de como merece la pena sacrificarse por amor, y todo comenzará a cambiar, y a Rick le tiembla la coraza y se compadece de aquella pareja y de su amor,
“Todo el mundo en Casablanca tiene problemas. Verá como todo se soluciona” - responde parcamente Rick ante la historia.
Pero sin embargo acaba ofreciendo su ayuda. Es un chico con suerte”, dice, pero algo hace pensar que no habla de lo que acaba de ganar en la ruleta, sino del amor que disfruta y que Rick envidia... por lo que vale ese amor ha empezado a sacrificar algo de lo suyo.

- ¿Qué tal va la noche? - le pregunta al croupier
- Unos dos mil menos de lo que yo pensaba - le responde con humor. 

Es arriesgado sentarse a la mesa de los demás, es arriesgado entrar en la vida de otros y que otros puedan entrar en tu vida... porque eso puede hacerte cambiar, puede transformarte y puedes acabar afectado y sacrificándote por los demás... 
Pero yo creo que merece la pena dejarse afectar. 


jueves, 29 de noviembre de 2012

Casablanca (IV): De porqué no quiero ser un profesional


Casablanca es una película que enamora. Es una película discutida, con muchas meteduras de pata en la ambientación histórica y algún gazapo épico de continuidad (abrigos secos que estaban mojados, etc...), pero que se ha convertido en un icono del cine que enamora más al aficionado que al crítico y más al cinéfilo que al profesional.
Os decía en el primer post que mi reflexión no sólo brota de la película, sino también de lo que la rodea. Y hoy me llama la atención, como desde lo profesional no siempre se ha reconocido la grandeza de la película.



De hecho, cuentan que en 1982, un periodista, escribió el mismo guión de Casablanca pero usando el título de Todos vienen a Rick’s (el título original de la obra de teatro en que está basada) y cambiando el nombre del archiconocido pianista Sam por Dooley (Dooley Wilson había sido el actor que interpreta este personaje) y lo envió a 217 agencias haciéndolo pasar como el guión de un escritor desconocido. 97 agencias lo devolvieron sin haberlo leído, 7 nunca lo leyeron y 18 copias se habrían reportado como perdidas en el correo. De las 85 agencias que lo leyeron, 38 lo descalificaron, sólo 33 lo reconocieron en términos generales (de las cuales 8 ni cuenta se dieron que era específicamente Casablanca), 3 lo declararon como económicamente viable y una sugirió enviarlo a otra agencia para su transformación en una novela. 

Así que me pregunto cuántas obras maestras dejamos de reconocer cada día a nuestro alrededor... y como otras veces, espero que aprendamos a tener los ojos y los oídos abiertos. 
Yo, por ejemplo, soy sacerdote, pero me aterra la posibilidad de convertirme en un profesional de las cosas de Dios. Es algo que puede pasar demasiado a menudo.
En todas las cosas -aún más en las cosas de Dios-, espero no volverme nunca un profesional ciego a las maravillas que me rodean. 
Quiero seguir disfrutando, incluso en medio de los  fallos y de las pequeñas imperfecciones de cada uno. Al fin y al cabo, como bien dice Ilsa: “En este loco mundo todo puede pasar”

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Casablanca (III): De lo que merece la pena

Ayer os ofrecía un pequeño pensamiento sobre cómo el amor redime. Pero en Casablanca hay un paso previo a esa redención, un paso que me sirve para pensar en cómo puede uno descubrir el amor como la fuerza más grandiosa.

De Casablanca me sigue encantando el corazón noble de los personajes, la búsqueda de una felicidad, en medio de la catástrofe, el dolor del desamor y la fidelidad a la virtud. Me impresiona un drama, donde el bien y el amor surgen en medio de las dificultades y los conflictos.
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.

En el flashback parisino que cuenta la historia de Rick e Ilsa, cuando en medio de la angustia que anuncia la ocupación alemana, ella sólo dice “Quiero que sepas que...” y los dos se besan, como en un anuncio precioso. Una frase de dolor interrumpida por un beso, me parece el signo precioso de ver cómo el bien emerge en medio del mal.

Es posible que fuese propaganda norteamericana para apoyar la intervención de las tropas en África, pero no viene mal seguir recordando el ideal de la lucha por un ideal, de la lucha por la justicia... ¿quién no se emociona cuando el canto de libertad de La Marsellesa que se impone en el café de Rick sobre el canto tirano nazi? Impresiona ver cómo el garito rompe en fiesta por la búsqueda de justicia... (y una magnífica transición a la música de odios, rencores y venganzas en los pasos del oficial alemán que manda cerrar el café). 

Pues sí, da gusto, en estos tiempos volver a recordar ideales capaces de mover una vida, y por los que merece la pena el sacrificio.
En un momento de la película, Rick le pregunta a Laszlo:
"¿Has pensado alguna vez si merece la pena tanto sacrificio por tu causa?"
Es una pregunta actual, una pregunta que muchos ni siquiera se hacen, porque no siempre tenemos una causa, porque no siempre tenemos un ideal. Sin embargo yo sigo pensando que hay muchas cosas que merecen la pena, el amor, la justicia, lo bueno... y por eso merece la pena sacrificarse. No está mal que el cine nos lo recuerde.
Víctor Laszlo le responde:
“No respire y morirá, no combata el mal y morirá el mundo”.


martes, 27 de noviembre de 2012

Casablanca (II): De cómo redime el amor cuando es amor



Bueno, pues el pensamiento sobre Casablanca que os ofrezco hoy es bien simple. Setenta años después, Casablanca, sigue siendo una película para disfrutar, y en mi opinión deja un buen sabor de boca que hace  suspirar porque recoge muy variados sentimientos, cuenta la redención de sus personajes... y tiene un final sorprendente y abierto a la esperanza, un final que se mueve al mismo tiempo a la despedida y a un nuevo comienzo.
Ya sabéis que me gustan las historias de redención y creo que Casablanca lo es, y redención por amor y por sacrificio de uno mismo. Que es una dimensión del amor, que muchas veces olvidamos en nuestro mundo actual.

En un momento uno de los personajes secundarios, la mujer búlgara, con toda la sutileza busca la razón para hacer lo que no quiere hacer, ceder ante la insinuación de Renault (es curioso observar como se presenta en la película la solicitud sexual del capitán a cambio de salvoconductos) para salvar a su marido y a ella misma:
- Si alguien le amase mucho, tanto que no pensase en otra cosa que en que usted fuese feliz, y para eso hiciese algo malo.
- Nadie me ha amado de esa manera - responderá Rick.

Sin embargo, ahí empieza la historia de la redención, cuando él aprenda a amar así, más que a ser amado. Bueno, pues setenta años después, bien nos viene recordar que el amor redime, cuando se recibe y cuando se da. 
Han pasado setenta años, y hoy está poco de moda el amor como entrega, como donación, como sacrificio de uno mismo... pero no nos viene mal recordar que más allá de los sentimientos y más allá del amor que pide una respuesta, el amor es sacrificio de uno mismo por el bien del otro.
“¿La quiere hasta ese punto?”; preguntará a Victor Lazslo, dispuesto a renunciar a su mujer por salvarla... “Sí, la quiero hasta ese punto”.

Toda la película está basada en el conclicto de Rick (Humphrey Bogart), conflicto curioso entre él mismo y los demás, entre el amor y la virtud, entre conseguir su amor o salvarlo... cuando debe elegir entre ayudar a su amada o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que él pueda continuar su lucha contra los nazis. “El amor triunfó sobre la virtud” dirá Renault, que no consigue aún presentir el final... aunque desde el principio había sido capaz de descubrir el fondo de Rick:
“Tenía yo razón, sí que es un sentimental”.
Yo quiero que mis sentimientos sean así, y que mi amor sea siempre entrega, y querer a todos "hasta ese punto".


lunes, 26 de noviembre de 2012

Casablanca. Setenta años después.


Era 26 de noviembre, 1942, en el Teatro Hollywood coincidiendo con la invasión de las tropas aliadas de la costa norte de África y la captura de la ciudad de Casablanca. Se estrenaba una más de las películas que aquel año había proyectado la Warner, basada en una obra de teatro nunca representada. Fue un éxito pero nadie pensaba que Casablanca se convertiría en un clásico del cine de todos los tiempos.
Resulta que hoy hace setenta años de aquello. No soy tan friki en esto, tengo que reconocer que no sabía de este aniversario, pero me he encontrado con que en homenaje un canal de cine ha decidido en homenaje emitir la película durante todo el día. Y para mí ha sido un golpe de suerte que este lunes me he encontrado con una mañanita de descanso que me ha permitido volver a ver la película y disfrutarla (y aunque suene un poco raro, voy a volver a verla en un ratillo, y no sé si lo haré una tercera vez en el día... sí, me gusta como para eso).
De entre todos los lunes, me he encontrado este... y yo lo digo sin la aflicción de Bogart cuando se queja: “De todos los cafés y locales del mundo, aparece en el mío...” Aunque en la evolución (o re-evolución) del personaje, me hace preguntarme cuánto hay de dolor y de esperanza realmente en esa queja.



Pues acaba de terminar la película y me vienen a la cabeza unas pocas de historias que salen de ella o se mueven alrededor de ella y que me gustaría compartir con vosotros. Así que me he puesto a escribir un post, una entrada en homenaje a la película aún a riesgo de meter la pata, pues algunos de mis amigos saben de cine mucho más que yo y bien que lo estudian (sirva el post de guiño y homenaje también a ellos -y prefiero que se descubran nombrados por sí solos... así averiguaré quien lee mi blog).  Setenta años después de su estreno, hoy disfruto al detalle de Casablanca, y más allá de sus características técnicas, de su valor cinematográfico o cinéfilo yo la disfruto en los aspectos más artísticos y en lo que para mí es más importante del arte... lo que me hace pensar, lo que me hace sentir y experimentar.
Y resulta que al ponerme a comentar no me ha salido un post, sino varios, así que tengo para varios días publicando, espero que me disculpéis el atrevimiento. Así, si alguien no la ha visto, tal vez pueda tener en estos días la oportunidad de disfrutarla. 
“¿Porqué tengo la suerte de que vinieras a mí y de haberte encontrado?”
Me llama la atención cuántas frases de Casablanca han pasado a la historia (como muchas escenas que te hacen reconocer la película inmediatamente). Como un atrevimiento dejaré que surjan el color... aunque las luces y las sombras en blanco y negro de la película de  Michael Curtiz se merecerían un juego distinto (hay que ver lo que se pierden los que renuncian al blanco y negro). Espero que los muy entendidos tengáis compasión de este aficionado y espero que mis pobres reflexiones, que son como siempre mis intuiciones os puedan servir para algo... para eso las sigo compartiendo.

Empieza otra vez, así que me voy a verla de nuevo. 
Seguiré escribiendo... y disfrutando entre el “Tal vez mañana volemos en ese avión” y el “Adiós Rick, Dios te bendiga”... que son principio, final y final y principio, y esa es la primera reflexión, que sólo os dejo insinuada, una de las genialidades de la película que bien nos cuenta su canción: “As time goes by”

Debes recordar esto
un beso es sólo un beso, un suspiro es sólo un suspiro.
Las cosas fundamentales suceden
conforme pasa el tiempo.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

El Padre bicileta (y III). Le curé de San Denís.


Os cuento algunas anécdotas para terminar esta trilogía de posts sobre el Padre Bellido, que  tenía una personalidad muy especial y, sobre todo, mucha gracia de la espontánea; sin perder nunca su seriedad; ya que era un sacerdote muy responsable y comprometido. Una vez dijo al Obispo Bellido, compañero suyo de seminario, que si don Rafael era el Bellido Caro, él era el Bellido "barato". Su sensibilidad desconocida se manifiesta en su capacidad artística, por muchos desconocida. Luis Bellido Salguero era un extraordinario pintor, en la línea del gran paisajista José Montenegro Capel, al que imitaba perfectamente, firmando sus cuadros, que solía regalar a sus amistades y bienhechores, con el seudónimo de ‘Le Curé de San Denís’.


Otra de sus características principales fue el gran amor por los pobres, socorriendo generosamente a cuantos acudían en masa a su despacho; repartiendo lo mucho o poco que tenía. Y en época de inicio del curso escolar, tenía un convenio con la Papelería Consistorio, de su amigo Pablo, para que diera los libros de texto a muchos niños de familias que no podían adquirirlos; pasándose luego él para pagarlos.
Es conocido que era un hombre de suerte, tres veces tuvo la suerte en su vida de ser afortunado con premios de loterías y cupones, fortunita que podía haber amasado si no hubiera dilapidado rápidamente (las tres veces) lo que recibía en premios repartiéndolo todo  entre los pobres y su parroquia.

Entregado a su misión apostólica, en cuerpo y alma a todos sus feligreses; sin importarle su posición ni estatus social. Desde el que venía a pedir a su puerta, hasta el señor con más enjundia. A un feligrés, dueño de una bodega, acudía de vez en cuando a pedirle dinero, en momentos en que las limosnas no le llegaban; se tomaba un te con él y se iba más que contento, porque ya podía aliviar los problemas de alguien.

Era tal su delicadeza, que cuando murió su madre y ya vivía completamente solo, una noche tuvo que salir para llevar los últimos auxilios espirituales a un enfermo, olvidándose las llaves; y cuando volvió, ya de madrugada, para no molestar a nadie, se sentó en los escalones de su vivienda, anexa a la iglesia, donde se quedó dormido y allí pasó, en la puerta de la calle, el resto de la noche.

Cada vez que le preguntaban, en sus últimos tiempos, por su precaria salud, decía que siempre estaba dispuesto a partir de este mundo; repitiendo esta frase que evidenciaba su gran fe en Dios : "Cuando El quiera, como El quiera y donde El quiera". Y junto a su fe en Dios, su gran devoción -verdadera pasión- por su Virgen del Mayor Dolor, a la que a sus plantas solía pasar noches enteras en oración.

Ahí veis, esa es la historia de un cura sencillo, normal y corriente, y de los muchos recuerdos que podemos guardar de él. Espero que os haya gustado. A mí me sirve de ejemplo. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

El Padre bicicleta (II). Un cura "obrero"


Este es el segundo post que dedico al Padre bicicleta, que ya os presenté, y lo publico hoy, cuando el Obispo ha bendecido e inaugurado una casa nueva en Villaluenga del Rosario, el "Rincón Scout Cura Carlos" que lleva el nombre de otro gran cura de esta diócesis y que servirá para acoger a los scouts en la sierra y para ofrecer una presencia de la Iglesia en aquellos parajes, que sean esas obras para la nueva evangelización, como las muchas obras del Padre bicicleta y este post, sea un homenaje a ambos curas buenos.


El Padre bicicleta en su parroquia de San Dionisio se entregó en cuerpo y alma, tanto a su labor espiritual, como a la restauración del templo. Una obra que duró desde el día de Reyes de 1964, hasta la fiesta de la Inmaculada de 1977. 
En los trece años que duraron aquellas primeras obras de restauración, en las que se acometió la más profunda de las intervenciones, desde los cimientos, al artesonado nuevo, nunca se cerró la iglesia. Decía el buen sacerdote que si se cerraba el templo, jamás se restauraría (hay quien guarda viejas fotografías en la que se ve al cura Bellido diciendo misa, con la iglesia llena de escombros, montones de arena y paraguas abiertos, en días de lluvia).


Para sacar fondos para las obras se las ingeniaba de mil maneras, con carteles en los que aparecía montado en un camión de materiales, vestido con su inseparable sotana. Otras veces compraba cupones y, otras, lotería. Pidiendo y dando sablazos a unos y a otros, especialmente a amigos y feligreses, a los cuales solía ir a buscar incluso a los bares donde paraban, para pedirles dinero para las obras.
Una Semana Santa, cuando el ministro de Educación y Ciencia, Lora Tamayo, jerezano de nacimiento, vino a dar el pregón, al pasar delante del humilladero de San Dionisio, desfilando en la presidencia de una cofradía, don Luis Bellido se acercó a él, pidiéndole respetuosamente que le echara una mano en las obras de su templo; a lo que el ministro le contestó que iglesias en ruinas, había muchas en España; saltando inmediatamente el cura, contestándole que sí, "pero que ministros de Jerez solo hay uno" y, sin más, se marchó dejando plantado al ministro.

De esta época se guardan muchos recuerdos y anécdotas. Tal vez la más divertida fue la de aquel momento en que se denunció a sí mismo ante las autoridades, haciendose fotos con casco y pico y denunciando al cura de San Dionisio por hacer obras en la Iglesia sin ningún estudio ni permiso, lo que provocó la intervención del Ministerio de Cultura que aceleró el proyecto de restauración... eso es ingenio y valor.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El padre bicicleta (I)


Sé que suena a mote de película del franquismo, pero era un mote real de un sacerdote real a quien tuve la suerte de conocer.En estos días, por varias veces lo he recordado con algunas personas y he pensado escribir algunas de sus historias, conocidas por todos los jerezanos (por lo menos los antiguos), pero que creo que merece la pena dar a conocer.Es la historia de un cura normal y corriente, con algo de santo, como tantos hay.



Hoy os lo presento, D. Luis Bellido Salguero, jerezano como os digo y de pura cepa, porque nació en pleno centro de Jerez, en el Arroyo, el 1 de noviembre de 1924. Era hijo de un banderillero de la cuadrilla del diestro 'Venturita' (que debía ser un torero muy famoso, yo no tengo ni idea porque como sabéis no soy mucho de esos "espectáculos"), llamado Antonio Bellido Troncoso, más conocido por 'Guerrerito'. Don Luis se ordenó sacerdote el 23 de octubre de 1949, siendo su primer destino la Iglesia Prioral de El Puerto de Santa María, ciudad donde le pusieron el apodo de 'Padre Bicicleta' por ser ese su medio de locomoción, tanto para desplazarse desde Jerez como para circular por las calle de El Puerto; y no por decir la misa más rápido que nadie -que desde luego también lo hacía-, como muchos creían en Jerez. De la Prioral portuense pasaría destinado a la iglesia de la Magdalena de Sevilla. Y luego vino a Jerez, como coadjutor de San Marcos, encargado de las iglesias de San Lucas y de San Juan de los Caballeros. Posteriormente pasaría a su último destino, como párroco del templo del patrón de la ciudad, San Dionisio. Fallecía allí, al pie del cañón, a las cuatro de la tarde del domingo 5 de marzo del año 2000, dejando una vida llena de bien hacer y de buenos recuerdos.

Permitidme algunos posts para recordarlo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Encontrar la vida


Hoy conmemoramos el día de todos los difuntos, y mejor que una reflexión sobre la muerte, quiero compartir con vosotros una oración que me conmueve, ya una vez la compartí en este blog, cuando apenas iniciábamos, ahora quiero recuperarla. Es una carta encontrada en el bolsillo de la chaqueta de un soldado ruso en la II Guerra Mundial, compuesta poco antes de una batalla crucial contra el ejército nazi.
Es real y su sencillez es lo más conmovedor. A ver si os sirve como a mí...


¡Escucha, oh Dios!
En mi vida no he hablado ni una sola vez contigo, pero hoy me vienen ganas de hacer fiesta.
Desde pequeño me han dicho siempre que Tú no existes... Y yo, como un idiota, lo he creído.
Nunca he contemplado tus obras, pero esta noche he visto desde el cráter de una granada el cielo lleno de estrellas y he quedado fascinado por su resplandor.
En ese instante he comprendido qué terrible es el engaño...
No sé, oh dios, si me darás tu mano, pero te digo que creo que Tú me entiendes... porque ¿no es algo raro que en medio de un espantoso infierno se me haya aparecido la luz y te haya descubierto? No tengo nada más que decirte. Me siento feliz, pues te he conocido.
A medianoche tenemos que atacar, pero no tengo miedo, Tú nos ves.
¡Han dado la señal! Me tengo que ir. ¡Qué bien se estaba contigo!
Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura: quizá esta noche vaya a tocar a tu puerta. Y si bien hasta ahora no he sido tu amigo, cuando vaya, ¿me dejarás entrar?
Pero, ¿qué me pasa? ¿Lloro? Dios mío, mira lo que me ha pasado.
Sólo ahora he comenzado a ver con claridad...
Dios mío, me voy... será difícil regresar.
Pero qué raro, ahora la muerte no me da miedo.


El soldado Aleksander Zacepa, perdió la vida en esa batalla...
¿o la encontró?

jueves, 1 de noviembre de 2012

Día de todos los Santos



En un mundo cada vez más egoísta...
“¡Felices los pobres en el Espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos!”
En un mundo donde todos escalan pisoteando al otro...
“¡Felices los pacíficos, porque heredarán la tierra!”

En un mundo invadido por el dolor y el sufrimiento...
“¡Felices los tristes, porque serán consolados!”

En un mundo donde cada uno busca su propio interés...
“¡Felices los que tienen hambre y sed de la Justicia,
porque serán saciados!”

En un mundo falto de amor, cariño, perdón, comprensión...
“¡Felices los misericordiosos,
porque encontrarán misericordia!”

En mundo donde todo está hipererotizado, donde abundan las malas intenciones, la utilización de los demás, la falsedad y la mentira...
“¡Felices los que tienen un corazón limpio,
porque ellos verán a Dios!”

En un mundo lleno de rencores, odios, divisiones, violencia, guerras...
“¡Felices los que construyen la paz,
porque serán llamados hijos de Dios!”
En un mundo injusto, donde a muchos se le quita lo que le corresponde, lo que necesitan... y donde muchos callan por cobardía...
“¡Felices los perseguidos a causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos!”

En un mundo que necesita del testimonio del Amor de Dios, del testimonio de Cristo...
“¡Felices seréis cuando os injurien
y os persigan y os calumnien por mi nombre!”

¡ALEGRAOS Y REGOCIJAOS, SANTOS Y SANTAS DE DIOS!