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jueves, 14 de marzo de 2013

Habemus Papam!


Por supuesto, tenía que compartir con todos la alegría de este 13 de Marzo. Tenemos Papa, es argentino, es jesuíta y su nombre es Francisco.
Reconozco que temblaba de quien podía suceder a un grande y sabio como Benedicto XVI, como hace ocho años me asustaba quién podría suceder al Magno Juan Pablo II. Me tranquilizaba pensar que fuera quien fuera, para mí el Papa es el sucesor de Pedro, y la piedra sobre la que continúa edificada la Iglesia del Señor Jesús... pero además, ahora tengo que reconocer que me ha desbordado la emoción y que más que nunca tengo que gritar a los cuatro vientos, cuánto amo a mi Iglesia.

No se lo esperaban, no estaba en la lista de los “papables”, los que entraron papas, salieron cardenales. El mundo no pudo colocar a sus candidatos. Me pregunto dónde están ahora los analistas, los que tantas cábalas han realizado, los estudios y las perspectivas que en estos días lo medían todo al modo humano: estrategias de poder, el peso europeo, la inseguridad de los cardenales que cumplirían con cuotas de influencias e intereses particulares... 

Dios ha vuelto a desmontarlo todo, y la Iglesia, toda la Iglesia (porque a menudo se olvida que junto a los cardenales reunidos en el cónclave estamos todos los demás en oración... -¿cuántas Misas se celebraron estos dos días “por la elección del Papa”? Yo, dos-) ha elegido a quien nadie esperaba ni podía esperar:
  • Un Papa latinoamericano elegido por una inmensa mayoría europea.
  • Un Papa de setenta y cinco años elegido por quienes no tienen miedo a los años y por quienes no se preocupan de la duración de un papado.
  • Un Papa religioso y misionero, que viajaba en metro y alejado de todas las “intrigas curiales vaticanas” que tantos ríos de tinta han vertido.
  • Un Papa jesuíta, que vivirá sin duda el lema de "en todo, amar y servir" y buscará siempre y sólo la gloria de Dios.
  • Un Papa que se presenta vestido de sotana y sólo de sotana, sin artificios, sin adornos.
  • Un Papa que el mismo pectoral con el que entró en el cónclave, que lleva el mismo peso de la cruz de Buenos Aires a Roma.
  • Un Papa que mira de frente a su pueblo, sin miedo pero con respeto, sin orgullo pero con ilusión, sin artificios, como ofreciéndose a él.
  • Un Papa que nos pide que oremos por el Obispo emérito de Roma, por él y por el mundo.
  • Un Papa que reza sin artificios, y con las oraciones de los más sencillos.
  • Un Papa que se inclina ante Dios para rezar y pide silencio.
  • Un Papa que habla un espantoso italiano (incomprensible, por cierto, dada su ascendencia) pero al que creo que vamos a entender muy bien.
  • Un Papa que saluda a su diócesis de Roma, que preside a la Iglesia en caridad.
  • Un Papa que comienza un camino de fraternidad con todos.
  • Un Papa que nadie esperaba.
  • Un Papa que ha elegido por nombre Francisco... el del santo humilde y sencillo, el poverello que sólo quiso responder a la llamada de Cristo que le decía una y otra vez: “Francisco, reconstruye mi Iglesia, que amenaza ruina”.
  • Un Papa nuevo, el Papa, el que seguramente el mundo no hubiera elegido (y tal vez tampoco los cardenales, si lo eligieran ellos solos), el que no contaba, el que Dios ha querido.


Habemus Papam! Se llama Francisco, y a mí me ha conquistado ya.
Veremos cuánto bien traerá a la Iglesia, cuánta cruz (siempre iluminada) y cuánta gloria (la gloria de Dios es que el hombre viva)...
¡Viva el Papa! A.M.D.G.







2 cosas que me dicen:

Aioria90 dijo...

Estamos muy contentos aquí en Argentina por la elección de Francisco I! Confiamos en él y esperamos que su papado traiga prosperidad para el mundo. Un saludo

matteo dijo...

da tanti anni attendevo,
attendevo che la mia chiesa pellegrina in Roma, avesse il suo vero vescovo.

Un vescovo come qualsiasi altra città.

Non più soltanto un vescovo-vicario-amministratore.

un vescovo vero.....